AGRADECIMIENTOS

A Marcos, mi marido, a Damián y Cristian, mis hijos, por la infinita paciencia y la tan valiosa contención.

A mi amiga, y hermana de la vida, Marta Noemí Richmond, por su colaboración francamente inestimable.

A Elba Pettinarolli, muy especialmente, por haberme declarado heredera de sus carpetas de Lolita con datos sobre radio y otros, de incalculable valor.

A Juan Alberto Baliari, Griselda Vallejo, Ángela Cruciani, René Cruciani, por la mano tendida.

A Inma Sibón, mi permanente SOS informático.

A Héctor Santos Marconi, mi suegro, y a Gabriela Impaglione Calzetta, mi amiga, por facilitarme el reencuentro con mis álbumes de Lolita, a algo más de diez mil kilómetros de distancia.

A Vladimir Semenovich Gromov (no hay palabras que basten para agradecer su dedicación y cooperación), Elena Romanova, Olga Fomichiova, Svetlana Smirnova, amigos de Rusia, de inmensa buena voluntad.

A Nora Leticia Miranda, por su cordial predisposición.

A Claudia Vozza, por llegar en el momento oportuno, con la palabra justa, y no dejarme bajar los brazos

También a la amabilidad de las siguientes personas:
Marcela Jove (Sociedad Argentina de Actores), Marcela Cassinelli (Cinemateca Argentina). Mario Bortolini (Emi Odeón), Federico Rodríguez Salcedo y Blanca Lozano (Sociedad General de Autores de la Argentina), Andrés Insaurralde y Fabián Sancho (Museo del Cine “Pablo Christian Ducrós Hicken”) y Adela Montes.

Muy especialmente a:
Julio César ‘Lole’ Caccia, Santiago Burastero Torres, Marcelo, Angélica, Mariana y Diego Caccia Torres, por la inapreciable participación en estas páginas.

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